vendredi 27 juillet 2012

Cae.

Ayer tomando una cerveza en una terraza vi un corazón que se precipitó varias veces. La primera vez que se precipitó, cayó de la barandilla al séptimo peldaño de la escalera. No pudo soportar permanecer en esa suerte de suspensión de movimientos pendulares sin seguridad, sin centro de gravedad. Se precipitó al vacío. Logró suicidarse. Pasa que los corazones están llenos de sangre y pesan. Media parte la llevan ocupada de oxígeno. Otra suerte les cantaría si contuvieran helio ( me dio por pensar).  Mi corazón también está hecho polvo, pero contenido. Y estalló, nos salpicó y arañó. Murió, todo muere. Hasta los corazones con intención autolítica lo acaban logrando. Por eso lucho... No quiero morir... de pena ( perdón de tanto pensar).