mercredi 21 juillet 2010

Aliento.

En invierno los atardeceres se pegan a las paredes, así los tonos cálidos contrastan con el frío de dentro fuera que porfín llegó. El sol adelanta su hora de dormir porque en esta época del año prefiere quedarse en casa mientras la gente se pasa los anocheceres corriendo de un lado a otro vomitando frío en cada exhalación de aire.

Martina quiso robar el aire ajeno, un 22 de diciembre y fue a partir de entonces que su vida cambió de rumbo. Total.  Giro de 360 grados. Su víctima quedó nockeada y ella asumió las veces de bailarina clásica. Gran talento. Caminaba sobre las zapatillas de punta sigiloooosamente levitaba y evitaba de esta manera ser vista. Qué difícil resultaba moverse al compás del desordenado Stravinski, siempre dispuesto a perturbar con sus síncopes. Débil-fuerte y se invierte el ritmo. Fácil. Contar descontando.

Conoció a Bruno mientras éste trepaba por una vida crispada y en esta ocasión fue ella quien exhaló por él. Necesitaba de su aire, se lo vio en los párpados. Es aqui donde se refleja una parte del alma, o quizás no, quizás el alma se encuentre debajo de las uñas de los pies. Equilibrio o sin él, Bruno empezó a valorar cada milésima, ella se lo enseñó involuntariamente y eso que Martina no era precisamente una chica positiva, sí un poco bipolar. Debió de pillarla en plena época maníaca. A partir de entonces en lugar de ser bailarina clásica se convirtió en contemporánea. Puede que se enamoraran en aquellos segundos que ella le dio, instantáneamente. Aunque les duró poco, ya se sabe. 


Se descruzaron en el camino y fue cuando Bruno conoció a Aurora, una bióloga fascinada por los caracoles de mar. La alentó y ella pilló el mecanismo de acción, fue entonces cuando su mirada se volvió más aguda y de conocer cada secreto de las caracolas simuladoras de olas pasó a recolectar cada alga cansada de nadar dándose cuenta de la importancia de la fotosíntesis.

Aurora se hizo Boreal y en lugar de ola sin h, dijo Hola de Nieve. 

Y bueno dejó a Bruno para recorrer Islandia en trineo sin errores, esta vez, calculó las coordenadas que la llevarían al Círculo Polar para hablar con Otto y darle la solución al rompecabezas. Ella conocía el final de la historia, así que le puso las pilas. "Tú sólo absórbeme". Y Otto supo donde reencontrarse con Anna, esta vez vida, no muerte, no muertos, a tiempo.

Otto que era muy metódico se dedicó a hacer conferencias explicando todo lo que se podía conseguir con Aliento. El mundo quedó revolucionado, la industria farmacéutica quedó muy asustada porque poco podían intervenir en la exhalación de aire aunque siempre se podría guardar en botes herméticos si necesidad, no sin antes cerrar gigante, fuerte, fuerte (como quien explora los pares craneales) los ojos, así, cerrarlos igual que como cuando pides un deseo importante. Pasó que la gente se negó a vender su Aire, demasiado Vital. Se puso en ruta una nueva cadena de favores, donde tú soplas yo me quedo, tú necesitas yo te doy si te va, tú me abrazas yo te despierto, tú me gritas si preciso yo te mezco, tú me aumentas yo te divido la ira.




Así: Si me necesitas soplo y me robas, si te necesito te absorbiré.
Hoy por ti y mañana por mí. Puede que me encantes.
¡Aliéntame!
¡Te aliento!


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