vendredi 25 février 2011

No me rompas.

 Le dije en alguna ocasión, una más bien. Respondió no me rompas tú. Dijo "jugamos?" y por aquel entonces no estaba conectada. Lástima, me dije. Aunque según lo visto, menos mal o más bien, mejor no sé. El silencio resulta importante, el silencio resulta terapéutico, dicen, para no rellenar los huecos con palabras insulsas. Las palabras nos sobran. Hace poco leí en un artículo que un texto contiene más información que la que era capaz de recopilar un ilustrado de la Edad Media en toda una vida dedicada al conocimiento. Así nos va, pensé. Bombardeados. Queremos las cosas ahora y "paciencia" significa:
        1   Capacidad de sufrir y tolerar las adversidades con valor y sin quejarse.
        2   Capacidad de esperar con tranquilidad una cosa que tarda. 
       3   Capacidad para realizar una actividad o un trabajo difícil, pesado o minucioso con perseverancia: es un hombre muy mañoso y con mucha paciencia, por eso se     le dan bien los trabajos manuales.
        4   Dulce pequeño, redondo y abombado por arriba que está hecho con harina, huevo, almendras y azúcar y se cuece en el horno.
 Todo acaba en comidas. Es más, siempre acabo hablando de comida, así es como me relaciono. Le gustaba probar de todo, así empezó. Con un couscous pasado relleno de nerviosismo. Inevitable pensar en aquel couscous original, legado de los pieds noirs, pero ésa es otra historia. Relacionarse en comida tiene su precio, la comida se pasa o se les pasa, o qué les pasa y qué me pasa. Miré el significado de estupefacta y bueno hablaba de sorpresa, de no saber reaccionar. Pensé en dejar de ser pasmarote y no lo conseguí. Ayer hablaba con una amiga que está medio lejos en kilómetros y me contaba que a pesar de los andares, hacía mucho que no nos convivíamos y habíamos logrado Estar de estado. Y bueno, me dije, será por eso, será que un buen silencio a tiempo es una retirada mejor. Y no me paso los días pensándolo pero eso no quiere decir que llegue a entender, aunque voy comprendiendo que hay cosas que no hace falta descifrar. Que estamos en un "ahora" y que este preciso instante está de moda. Lo que está sucediendo en segundos se muere y es justamente eso lo que se promueve. Ya no importan los criterios de selección. Algunos dicen que en esto radica justamente la diferencia y ahí quedan los " inadaptados" en tierra de nadie, teniendo que visitar al psiquiatra. Su originalidad no les vale para nada y jamás llegarán a entender. Y no sé qué hacer con todo esto.
Resulta que en Amsterdam los corazones quedaban atrapados en un espot publicitario, alguno de ellos me susurró " Sálvame" y yo no supe cómo hacerlo. En esta época "yoísta" adopté la postura de salvar el mío, aunque es verdad, se mueve entre arenas movedizas pero yo le inyecto oxígeno y responde con alguna extrasístole esporádica.

No me rompas.
O rómpeme pero que sea en positivo.

 

1 commentaire:

Anonyme a dit…

me encanta la foto.