Gente gris.
La gente está gris.
La gente está gris.
A me dice que estamos solos, se ha estado informando sobre el sentido de la vida y su conclusión es que no existe tal sentido... Nacemos para morir. A ha olvidado sus sueños de niña garbancita, tiempos en los cuales cogíamos un colador metálico redondo encima de la cabeza y éramos superheroínas. Yo le preguntaba: ¿Qué quieres hacer en la vida? Y ella me respondía: Quiero hacer algo grande. No nos dá(ba)mos cuenta de que algo grande ya esta(ba) gestándose. Nos preparábamos entonces así como seguimos haciéndolo ahora en la ardua tarea de intentar Vivir.
G me cuenta que seguimos empeñados en llevar a cabo juegos de niños, y eso no está mal hasta que llega el momento en el que uno olvida ser franco consigo mismo y con los que le rodean. Así da comienzo otro juego, el de las espirales y el letargo infinito, juegos que resultan divertidos al principio pero se convierten en maquinaciones pesadas que acaban por extenuar. Sigue diciendo que cada vez somos más egoístas y yo para mis adentros pienso que realmente lo que pasa es que el corazón se ha hecho demasiado promiscuo y estamos cagados de miedo. Es más, aquella primera adrenalina de aquel primer amor jamás volverá a estallanarnos en el estómago. Aunque lo deseemos con todas nuestras fuerzas. Y no por eso la vida deja de tener sentido. ¿O acaso te imaginas enamorándote ahora como a las 16-17 años? Yo si, pienso y sonrío , porque en el fondo y en la superfície a casi todos nos pasa algo parecido. Es un querer y algún día suceder.
Ayer pregunté en la tienda de pinturas que hay cerca de casa, me dijeron que el color estaba en vías de terminar existencias. Que la gente no para de embadurnarse de esta mezcla entre el blanco y el negro y que Tristeza se escribe con T mayúscula. De hecho, es curioso, si cogemos varios colores y los mezclamos casi siempre se obtiene este color. Quizás es que no hay escapatoria y Momo sólo hacía que contar verdades, preparándonos a lo que iba a venir.
Y mientras, la gente sigue gris con vidas complicadas y días de neuronas centrifugadas.
G me cuenta que seguimos empeñados en llevar a cabo juegos de niños, y eso no está mal hasta que llega el momento en el que uno olvida ser franco consigo mismo y con los que le rodean. Así da comienzo otro juego, el de las espirales y el letargo infinito, juegos que resultan divertidos al principio pero se convierten en maquinaciones pesadas que acaban por extenuar. Sigue diciendo que cada vez somos más egoístas y yo para mis adentros pienso que realmente lo que pasa es que el corazón se ha hecho demasiado promiscuo y estamos cagados de miedo. Es más, aquella primera adrenalina de aquel primer amor jamás volverá a estallanarnos en el estómago. Aunque lo deseemos con todas nuestras fuerzas. Y no por eso la vida deja de tener sentido. ¿O acaso te imaginas enamorándote ahora como a las 16-17 años? Yo si, pienso y sonrío , porque en el fondo y en la superfície a casi todos nos pasa algo parecido. Es un querer y algún día suceder.
Ayer pregunté en la tienda de pinturas que hay cerca de casa, me dijeron que el color estaba en vías de terminar existencias. Que la gente no para de embadurnarse de esta mezcla entre el blanco y el negro y que Tristeza se escribe con T mayúscula. De hecho, es curioso, si cogemos varios colores y los mezclamos casi siempre se obtiene este color. Quizás es que no hay escapatoria y Momo sólo hacía que contar verdades, preparándonos a lo que iba a venir.
Y mientras, la gente sigue gris con vidas complicadas y días de neuronas centrifugadas.
Gente gris.
La gente está gris.
La gente está gris.
2 commentaires:
La gente mezcla demasiados colores, por eso queda tan gris, supongo.. O es que quizá no conocen los colores perfectos..
Hay cosas que los enseñan, hay que descubrirlas nada más..
hay que vivir nada más..
sentir..
Puede quedarse, claro, encantada de la vida..
me gustan las olas, me hacen sentir viva.
Cada momento que pasa, un sueño de aquellos que tenías de pequeño muere si no lo evitas.
Todo se vuelve más complicado o todo lo hacemos más complicado.
Mi color es el azul de Prusia, al menos el de ahora.
Aunque ayer no pude evitar tocar un blues gris, tremendamente gris...
Me estoy volviendo gris.
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