Otoño es para sentarse y ver cómo los árboles se desnudan minuciosamente, así, mientras el verdillo se apodera de cada rincón antes deshabitado. En Otoño vemos las formas imposibles de las ramas y las nubes se reúnen en "petit comité" decidiendo a quién le toca las siguientes gotas. El monte deja de oler a seco y recobra la humedad. Me encanta ese olor, aunque las tormentas de verano y el olor a tierra mojada tampoco están nada mal. Aunque de eso no me acuerdo, será que no llovió. Yo le pido a Otoño que llegue que corra que vuele, que el verano está resultando demasiado largo y ya empiezo a tener ganas de chapotear por encima de los charcos con las botas de agua y de hacer crujir las hojas.
Todo a su debido tiempo.
1 commentaire:
El diumenge sortint de l'estació de Sants pensava que ja estava a la tardor. Arribant a l'estació del nord me'n vaig adonar que la xafugor seguia allà a fora i que encara hauria d'esperar uns dies.
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