jeudi 10 septembre 2009

Mujer sin sombra.



Ella no es como las demás. Se levanta por las mañanas cogiéndose su tiempo de desvelar a los múltiples granos de arena meciéndoles al son de Fever. Y así, es verdad cualquiera se levanta. Y lo mejor es que lo haces sonriendo y moviendo la cadera de forma sugerente. Se cree Gilda o Peggy Lee. Aunque sea de buena mañana y el momento del día no corresponda. No le hacen falta aquellos trajes de noche para eclipsar. Se llama Luna y el Sol queda en segundo plano. Jamás ha tenido un camisón de seda, no puede permitírselo aunque su piel es suave y sabe insinuarse hasta llevando un antifaz y eso que con la mirada asesina cualquier propósito de Vida en común que recibe. Ellos lo saben, es inalcanzable. Se vuelven locos compartiendo sueños. No es una femme fatale. Nada de eso.

La llaman la mujer de hielo y lo que pasa es que conoce El secreto. Todo resulta efímero.
No puede pertenecerles por mucho que lo intente. No se trata de intentar. Sale de vez en cuando a recorrer la ciudad, noctambula y nadie resulta mejor que ella para hacer de guía. Fotografía cada sombra para no olvidarla jamás. Jamás nadie ha podido inmortalizar la suya. Sin sombra, nada ni nadie puede dibujar su rastro. La luz no es lo suficientemente potente para marcar su huella. Las calles no pueden asimilarla. Nadie ha podiso jamás en realidad.
Podría contar miles de cosas de ella, resultó ser mi vecina,... aunque si no tuviste el placer de conocerla de nada sirve que yo cuente. Ella es Leyenda.


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