lundi 11 janvier 2010

Normas no +.

Escribieron los preceptos de una relación en una hoja que posteriormente engancharían con un imán en la puerta de la nevera para no olvidarlos jamás, aunque lo que sucedía es que de tanto verla se convirtió en invisible como nos pasa con casi todo que tenemos al alcance de nuestra mano. Decía algo así como:

. No ir a dormir enfadados.
. Aprender a pedir disculpas.
. Buscarse a las 19:07 y a las 15:33.
. Prohibido ver la tele durante la comida.
. Pegar ojo con ojo o espalda con pecho.
. Mantener simpre el fino hilo que nos separa, tú eres tú, y yo soy yo.
. Respetar y confiar.
. Poner tiritas en domingo y bailar en horizontal cualquier día.
. Estimularnos tacto-contacto.
. Recoger setas cadauno de los otoños hasta acabar empapados.
. Dejarnos la tiranía en el mueble de la entrada junto con los zapatos y la mierda de la calle.
. Hablar en silencio, hablando sin hablar hablando.
. Querernos, estudiarnos, mantenernos, sorprendernos.

No logro recordar cómo seguía el listado de normas que acabaron desfalleciendo, en una casa que se llenaba por instantes de goteras y de días de persianas bajadas sin bajar, sin quererlo. Se deberían de haber percatado que en el momento que escribían sus anhelos éstos dejaránn de tener sentido. Aunque hablar de sentido cuando uno se refiere a latidos es difícil ... y abstracto, abrupto y sobre todo tontudo.

El día en que ella se marchó, tiró el papel a la basura sabiendo que nunca más tendría una lista en la nevera que no fuera la de la compra. Porque todo acaba perdiendo el sentido, hay que querer recordar cuando 1+1 suman 2.


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