dimanche 24 mai 2009

un instante en 360 º.

M. tumbada en la playa, entrometiéndose en la conversación superflua que mantienen las olas medio tranquilas, medio revueltas. Cierra los ojos, respira conectando diafragma, dilantando los bronquios a más no poder. Capacidad pulmonar a tope... se recupera de la semana, de esta, de la anterior y de la de más allá. Se recupera de ella misma, de soportarse, de embadurnes de palabras que nunca llegan a nada, de ensaladas de tormentas.

M. tumbada en la playa abre por un instante los ojos y siente en tres dimensiones. A 90 º se encuentra con una pareja, él la venera, debajo de una sombrilla están. Ella guarda algún secreto en su tripa, él la besa, ella le acaricia la cara y los ojos se encuentran sinceros. Están esperando ansiosos a descubrir el secreto. A 126 º una familia con dos niñas revoltosas que no paran quietas, su madre les enseña a hacer la voltereta lateral con amor, como se aprende, como deberíamos de aprender todos, con implicación. Les acompañan palmas, risas, y la atenta mirada de un padre que no necesita nada más que un sábado como ese. A 218 º hay una gaviota que intenta garrapiñear cualquier resto de comida que olvidamos. Y encuentra tesoros. Yo una vez perdí un recuerdo y ella lo reencontró haciéndomelo llegar por correo certificado. Casualidad? No creo ni creí. A 300 º una pareja vacía de las de estar por estar, pasan el rato esperando que llegue la hora de comer, la siesta, la tele, la cena y a redormir. Hace tiempo que dejaron las palabras en la mesita de noche y la cama no es más que un descanso necesario que les permite huir de la rutina (perdón Rutina), pongamos que se llaman Juan y María. A ellos M. les inventa un nombre por rutinarios. A 360º lo peor y lo mejor, el punto de partida, la mirada, M. observadora pasiva, M. la imagina-historias aunque nunca ninguna de ellas le pertenezca. Y todo ello en un instante, uno sólo.

Estos días no ha dejado de llover barro y es curioso porque no ha estado del todo mal aunque hoy M. decida que ya está bien, que hay que borrar todas las marcas , alejar pofín las pistas a golpes de manguera. Se fue y quedaron esos 360 º matemáticos.



1 commentaire:

ulises. a dit…

en mis dias tampoco ha dejado de llover barro.
pero me gusta caminar descalza en él.

gracias por tu comentario,
y yo tambien tengolos ojos pequeños, pequeños.