El corazón se le podría, naturalmente.
Mientras, todo seguía su curso.
Ella se dejó llevar.
Y se le acabaron resbalando los latidos de las manos.
Ola, Hola, Ola, Hola, Ola, Hola, Ola, Hola, Ola, Hola, Ola, Hola, Ola, Hola, Ola, Hola, Ola, Hola, Ola, Hola
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