jeudi 12 mars 2009

El hilo de la vida

El hilo de la vida se hila, deshila, deshilacha con o sin hacha. Existen vidas que duran unos cuantos días, existen días que duran unas cuantas vidas. Y aunque es lo mismo, parece serlo, no lo es. Hay vidas liadas en hilo, hay hilos truncados que nunca llegarán a hilo de la vida. Hay hilos que se decoloran con el paso del tiempo y así, son los años y el sol que trasforman el rojo en blanco y todo cambia de sentido. Algunos días, no hacen falta años para que esto suceda y en 30 minutos el hilo puede dejar de sentirse. Sucedió esto, el martes. Una voz cerca... "No podemos hacer nada", una mirada de cristal, unos ojos llorosos, latidos desordenados y el famoso nudo (hilos de hilo liados) en el estómago.
Hilo que se desmonta pero remonta... se vuelve rígido para atravesar ese miocardio maltrecho lleno de brechas. Se nos acerca... nos llena de cosquillas, suaves, sinceras, rozándonos la mejilla.
"No pasa nada, queda hilo de sobras, mirad." Entonces abre la mano y nos decubre que es verdad... Hilo para dar y vender. Le doy un beso delicioso, sencillo, terciopelo. Sé que le llega. Sé que me llega... llegó y aún habrán más, de eso estoy segura.
Entonces, aparece mi hilo del color de la remolacha, huye de su ovillo y se desordena por toda la habitación... tocándolo todo, dejándome sin intimidad, deshaciéndose, desparramándose, sin poder llorar... pensando... recordando... abrigando en días de frío extinguido, se mancha de ese polen que expulsan los pinos, todo del color tóxico del azufre. Mi alma se marchita, ( qué fatalista soy) orquídea pierde sus flores preparándose para un "volver a empezar", porque le gustó su lugar.
Yo me obstino a que Desorden se instale a mi alrededor , así que me arremango, me seco el sudor de la frente cuidadosamente y busco paciente (por una vez) el extremo de mi vida, el hilo. En cuanto lo toco... muta y se torna rojo... estaba esperando que lo cuidara y yo no me había ni percatado. Mando señales (o eso intento) a los hilillos que llenan el Sr. Hilo, imprescindibles, y no me responden. Puede que si lo hagan y yo nunca atendiera en la clase de "jeroglíficos que la vida te da". Busco entre los apuntes y encuentro: "Los signos y símbolos se encontrarán en algún lugar inesperado... que nunca se sabe de antemano... sorpresa! Sin esperarlo porque esperar es malo".
Así voy recogiendo el hilo, desenredando fotos, desempolvando recuerdos, cerrando baúles. Una de cal y otra de arena... una de lágrima y otra de sonrisa, una de medio loca y otra de medio cuerda. Deshaciendo el hilo de hilos, haciendo hilos de hilo llegando al hilo de la vida.


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